En medios de comunicación social (prensa escrita, televisiva y radial), en sectores políticos y también en organizaciones representativas de la sociedad, como la nuestra, observamos cómo voces de distintos lados y ópticas hablan casi a diario sobre la institucionaliza.
Hay diversas clases de institucionaliza del Estado, democrática, educativa, deportiva, etc. Y la familia también es, y la más preponderante, una institucionalidad. Sin embargo, todas estas organizaciones, aunque con finalidades distintas, tienen en lo sustantivo un denominador común: El respeto como principio moral y ético.
¿Pero qué es institucionalidad? Hagamos un breve ejercicio intelectual. Se conoce institucionalizad cuando las personas que forman parte de una institución representativa respetan y hacen respetar en sumo grado las normas jurídicas que sustentan los destinos institucionales, y también el inquebrantable respeto mutuo. El cumplimiento de este conjunto de acciones conlleva a que una institución organizada forje y asegure no sólo su unidad, sino también fortalezca y preserve su prestigio y prestancia.
Una institución dialogan te y con buena gobernanza, asegurará y fortalecerá su rol en la sociedad en su conjunto. Y quienes tienen el deber y la obligación de llevar a la institución por mares tranquilos y de armonía son las personas que la gobiernan. Estas personas deben tener cualidades de transparencia, de diálogo, de respeto por todos y cada uno de los integrantes de la organización, y de profundo respeto y fiel cumplimiento de las normas institucionales.
Cuando se vulneran, quebrantan o se desconocen estos pilares institucionales, ocurre una fractura en la organización que mella severamente la unidad y prestigio ganados a través del tiempo. Y esto se llama, en buen romance, atentado contra la institucionalidad. Entonces si no se repara inmediatamente la fractura, pues la institución corre el riesgo de caminar hacia el despeñadero.
forma parte de la reserva moral del Perú". Así es y por siempre.
Lima, 13 de Febrero del 2015